viernes, 19 de abril de 2013

Capítulo 2: Lágrimas



Capítulo 2: Lágrimas


Estaba ahí sentado, debajo de mi maleta mojada y casi rota. Mi apariencia parecía un desastre: el lodo, ya seco permanecía en la mayor parte de mi ropa y cuerpo, mi cabello revuelto y húmedo, irremediablemente necesitaba una ducha ¡Sí! Un buen baño con agua caliente ayudaría mucho.

Arrojé la bolsa azul al sillón, ya no me importaba nada, no ya no. Ni que hubiera viajado a Japón solo por ese maldito regalo con la excusa de ir a una sesión fotográfica ¡JA! No, no lo había echo por CL... y ahora no lo haría por él…

¡CARAJO! Y todo para que al llegar a Corea me enterará que se había ido por ahí con alguien más.

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Dejó a un lado sus pensamientos y entró al cuarto de baño. Aquel cuarto blanco y con un aroma higiénico, donde por las noches el pelinegro solía tomar aquellas duchas después de sus actividades diarias.

Se quitó la camisa blanca con estampado negro que llevaba en sima y qué decir, aquella prenda más bien parecía café debido a la suciedad impregnada de lodo en ella, después procedió a deshacerse de los jeans grisáceos rotos, al quitárselos hizo una mueca, para su desgracia aquellos eran de sus favoritos, maldijo al perro que los había rasgado y por andén roto. Dejó de quejarse y por primera vez se miró en el espejo que se situaba sobre el lavamanos, su rostro era un dilema, expresiones sin definir y sus ojos vacios eran incapaces de demostrar lo que en su mente y corazón sucedía.

-….hm- las palabras no surgían, apenas un leve gemido salió de sus labios.

Entró a la regadera y con lentitud abrió la llave de agua. Ladeó el rostro en signo negativo, el agua no salía, quiso salir de donde estaba pero sus piernas temblaron y poco a poco fue perdiendo el control de ellas quedándose inmóvil, bajó la mirada y pegando su espalda a la fría pared fue descendiendo hasta llegar al suelo donde se quedo sentado escondiendo su rostro entre sus piernas.

En ese instante su mente tenía mil ideas, mil preguntas y ninguna respuesta. Por más que buscará entre lo más adentro de él no hallaba nada que pudiera contestarle, en aquel instante se sentía vacio y… ¿triste? O ¿solo? No, no, tal vez esa no era la palabra correcta para auto describirse y lo peor era el no saber a que atribuir ese sentimiento extraño en su ser.

El agua cayó volviéndolo a la realidad, tratando de refrescarlo con aquella fría lluvia artificial.

-O-

Había pasado la noche en el departamento de Bom. Ya que el día anterior, el de mi cumpleaños se había celebrado una fiesta con las chicas de 2ne1, los miembros restantes de BigBang, Se7en y con la demás familia YG.

La velada fue larga, o al menos eso había escuchado al día siguiente en las noticias del espectáculo. Por mi parte me había ido temprano de aquel lugar, aun tenía cosas que hacer con respecto a unas canciones así que no bebí ni disfrute mi cumpleaños como se debía, y en realidad aparte de eso sentía que algo me faltaba…y por ello no podía permitirme disfrutar.

Nadie se opuso a mi decisión de irme antes que el resto de los invitados, ya que mi pretexto fue creíble.
Había salido silenciosamente y sin causar revuelo ante los demás, unas despedidas de manos con algunas personas y listo, fuera del reventón. No sabía a donde ir, si quedarme en el incomodo estudio de grabación o el departamento que compartíamos los integrantes del grupo.

-Choi…¿estás bien?- oí una voz detrás de mí, me giré con lentitud.

Esa era Park Bom.

Estuvimos platicando un buen rato y en una de esas conversaciones ella me ofreció su departamento y al no tener otra alternativa acepte quedarme esa noche ahí con ella.

Desde hace no mucho la pelirroja y yo nos aviamos vuelto grandes amigos, y por aquello se rumoraba que manteníamos una relación, los periodistas malinterpretaban todo y aunque varias veces aviamos aclarado los rumores seguían con lo mismo.

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T.O.P se había despertado más temprano de lo que acostumbraba, se sentía extraño, aquello le impedía seguir durmiendo como siempre lo hacía. Permanecía recostado sobre el sofá con la cara tapada por su brazo, aun tenía un poco de resaca de la noche anterior y como recompensa de haber bebido aunque fuera la mínima cantidad su cabella estallaba.

Volvió a removerse en el incomodo sofá y al dar una vuelta y no calcular bien el espacio cayó al suelo con brusquedad golpeándose la frente. La pelirroja que en esos momentos caminaba por la sala presenció el pequeño y gracioso accidente del pelinegro.
-¿Estás bien?- preguntó Bom tratando de esconder la risa tras sus palabras.

Choi volteo a ver a la chica la cual tapaba su boca con su mano para evitar dejar escapar una carcajada.

Pronto se incorporó y sonrió haciendo a un lado el accidente pasado. Bom devolvió la sonrisa y al ver que el pelinegro tenía aun resaca pensó en algo.

-O-
Jiyonw parecía un muñeco de trapo tirado aí sobre la cama donde aparentaba dormir pero no lo hacía.
De imprevisto se levantó de golpe, tomó las llaves del departamento y salió en busca de aire fresco, más del que su aire acondicionado proporcionaba en su habitación.

No tenía un rumbo o dirección, sólo vagaba entre las constipadas calles de Seúl donde la gente realizaba su recorrido hacía sus trabajos. Tembló al sentir el frío aire que anunciaba consigo las vísperas del indiferente diciembre.

Al estar frente a una avenida, dirigió su mirada al lado contrario de la dirección en que transitaban los automóviles y en la esquina siguiente vislumbro aquel parque. Una sonrisa brotó de sus labios al mismo instante que fijó el rumbo a seguir.
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Había llegado a ese parque por azares del destino, sí, así había sido pues en ningún momento lo había planeado. Sonreí al estar frente a la entrada, aun permanecía igual que en el pasado, igual de hermoso y solitario como siempre…la nostalgia había vuelto y mis ojos volvían a cristalizarse.

Me adentre en aquel lugar sin pensarlo dos veces, y al estar tan sólo como siempre con rapidez encontré un sitio con sombra donde permanecer. Al estar ahí sentado, sintiendo el gélido aire acariciar mis mejillas, logré oír entre el pacifico silencio una voz que claramente reconocí.

Busqué entre aquellos arbustos y conjunto de arboles el provenir de aquella voz y al encontrarlo quise confirmar mis pensamientos.

-Gracias por la noche anterior…lo disfrute mucho- se oyó una voz ronca entre los arbustos.

-No fue nada… espero que se vuelva a repetir-contesto ahora una voz femenina que al parecer también pude reconocer.

Estaba escondido entre los matorrales, sin aun poder mirar lo que sucedía entre aquellas dos personas. Después de uno o dos intentos sin conseguir logré quitar las ramas que impedía una visión más clara a mis objetivos y al abrir cancha entre tanta planta vi algo que….me dejó impactado.

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En ese instante T.O.P acariciaba el suave y terso rostro de la pelirroja a una distancia mínima, de 5 o 6 centímetros.
El pelirrojo inmóvil y con los ojos cristalizados izo un esfuerzo enorme por tratar de moverse, no quería ver lo que en esos instantes sus ojos presenciaban, no, no quería. Cerró los ojos con gran fuerza logrando que al hacerlo las lágrimas acumuladas en aquellos orbes rasgados cayeran sobre sus mejillas para después soltar las dos ramas que sostenía con sus manos taparan la escena que había causado aquel dolor en su interior…

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